Macro

Mejora el ánimo del mundo empresarial sobre el crecimiento para este año gracias al cobre

Para 2025, un 45% del panel de negocios de Deloitte-Cadem prevé un precio del metal entre US$ 4,6 y US$ 5 la libra. Igual cifra lo ubica entre US$ 4 y US$ 4,5.

Por: Catalina Vergara | Publicado: Martes 18 de junio de 2024 a las 04:00 hrs.
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Poco a poco, y de la mano de un mayor precio del cobre y cifras de actividad más fuertes, las expectativas económicas de los empresarios para Chile comienzan a levantarse.

El Índice de Confianza Económica de mayo, elaborado por Deloitte y Cadem, constató que un 70% piensa que la situación económica actual es regular, lo que significa un avance versus el sondeo anterior (52%).

A su vez, un 57% señaló que el escenario repuntará en los próximos seis meses.

En la misma línea, un 41% ha mejorado sus expectativas de crecimiento para 2024 con respecto a principios de año y un 59% la mantiene igual. Ninguno de los 60 integrantes del panel declaró haberlas empeorado.

“Las bajas implementadas en la Tasa de Política Monetaria (TPM), el control de la inflación, la suspensión de las intenciones refundacionales en políticas públicas, el aumento del precio del cobre, entre otros, son factores que ayudan a mejorar las expectativas económicas”, opinó el presidente de ILC, Patricio Donoso.

En materia de actividad, el Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre creció un 2,3% en 12 meses -su mejor resultado en casi dos años- y en abril el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) registró un aumento anual de 3,5%. Mientras, el cobre ha alcanzado un valor promedio en lo que va del año de US$ 4,1 la libra según la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) e, incluso, ha pasado los US$ 5 en el Comex de Estados Unidos.

Para la presidenta de la Cámara de Comercio de Centros Comerciales, Katia Trusich, una mayor disposición del mundo político a moderar las reformas previsional y tributaria también ha ayudado a generar un “ánimo más positivo”.

Patricio Donoso, presidente de ILC.
“Las bajas implementadas en la TPM, el control de la inflación, la suspensión de las intenciones refundacionales en políticas públicas, el aumento del precio del cobre, entre otros, son factores que ayudan”.

Katia Trusich, presidenta Cámara de Comercio de Centros Comerciales.
El metal rojo “resulta clave en nuestra economía porque actúa como equilibrante del tipo de cambio, lo que ayuda a contener la inflación. Además, aporta a la recaudación fiscal y contribuye al liderazgo del país en el ámbito de la electromovilidad”.

Fotos: Julio Castro

Perspectivas para el próximo año

A juicio del CEO & managing partner en Deloitte, Christian Durán, el cobre “ha sido muy determinante” en las mejoras de las perspectivas para este año.

“El shock de términos de intercambio ha sido favorable este año, tanto por el lado del precio del cobre como del petróleo. Asimismo, las expectativas de mediano plazo siguen respaldadas por una demanda que continuará siendo robusta”, apuntó.

Para Trusich, el metal rojo “resulta clave en nuestra economía porque actúa como equilibrante del tipo de cambio, lo que ayuda a contener la inflación. Además, aporta a la recaudación fiscal y contribuye al liderazgo del país en el ámbito de la electromovilidad”.

Para 2025, un 45% del panel de negocios proyectó un precio del cobre entre US$ 4,6 y US$ 5 la libra. Igual porcentaje ve un valor entre US$ 4 y US$ 4,5. Todos números parecidos a los de Cochilco, que prevé un valor promedio de US$ 4,25.

En estas perspectivas juega un papel clave el hecho de que la transición energética y las nuevas tecnologías “tienen asociada una demanda sostenida por cobre en los próximos años”, planteó Durán.

“El desafío ahora es consolidar este cambio de ánimo y activar la inversión que es el verdadero factor que permite proyectar una verdadera recuperación y un crecimiento sostenido en el largo plazo”, complementó Donoso. Y justamente es en la inversión donde el pesimismo abunda.

Al ser consultados por sus expectativas en seis meses, un 86% de los empresarios señaló que la situación de la inversión empeorará, y un 77% cree lo mismo para la industria en la que participa.

El mismo número apuesta porque el panorama del empleo en el país se deteriorará aún más en medio año. Aunque en el Índice de Confianza Económica anterior ese número ascendía a 85%.

¿Y la opinión pública?

El sondeo de Deloitte y Cadem incluye también la voz de la opinión pública, donde un 70% aseguró que el país atraviesa una situación económica mala o muy mala.

En seis meses, el 68% estimó que esto empeorará, lo que significó un alza respecto a abril (60%).

En este grupo, explicó el gerente general de Cadem, Roberto Izikson, la confianza de los consumidores “va a demorar en ajustarse, porque los precios, el desempleo y la inseguridad influyen mucho en las expectativas negativas de ese segmento. Se necesita más tiempo de ajuste. Pero esperamos que para el segundo semestre del año y el 2025, las expectativas estén más altas”.

Opinión pública y ejecutivos difieren sobre los efectos de la jornada de 40 horas

La medición puso a ambos mundos sobre las consecuencias que ha tenido esta reducción, la cual empezó a regir el 26 de abril.

Una notoria brecha evidenció la medición de Deloitte-Cadem entre los paneles de opinión pública y negocios respecto a los efectos de la reducción de la jornada laboral a 40 horas, cuya primera fase -a 44 horas- comenzó a regir el 26 de abril.

Un 80% del primer grupo consideró positivo el impacto en el balance familia-trabajo y 78% en la salud mental. En el segundo, estas cifras bajan a 48% y 38%.

La distancia es mayor cuando se pregunta por las consecuencias favorables en materia de empleo y sueldos, puesto que los porcentajes que se enfrentan en el primer caso llegan a 56% y 5%; y en el segundo, se trata de 55% y 3%, respectivamente.

Para Donoso, esta situación se explica porque los parámetros de evaluación son distintos. Mientras la opinión pública evalúa principalmente considerando el impacto en su vida diaria, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) dijo que las empresas además consideran el desafío de aumentar la productividad para mantener la proyección de los negocios.

Junto con considerar legítimo que existan diferencias, Trusich estimó que desde el punto de vista de quienes dirigen empresas, “las inquietudes nacen por los costos adicionales cuando la economía recién comienza a reactivarse”.

En su opinión, “los cambios son difíciles pero esta reforma tiene un alto apoyo ciudadano, es gradual, se puede equilibrar con medidas de flexibilidad laboral y pensar que, si se logra un impacto positivo en las personas, esto puede beneficiar a todo el sistema”.

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